3 de abril de 2011

Hi, April.

Son las tres y media de la mañana, supongo que tarde para quienes necesiten muchas horas de sueño, y temprano para aquellos que disfrutan de las estrellas una noche de sábado. Yo he decidido quedarme en casa esta noche, en esta casa tan especial en la que siempre hay gente.
No sé por que razón exactamente, pero ahora mismo, necesitaba extremadamente expresar aquí cómo me siento porque creo que hacía mucho que no lo hacía de esta manera. Es de esas veces en que la emoción me embriaga de tal manera que llego a mi límite. Un límite en el que incluso mi estómago se retuerce de felicidad y mis ojos se humedecen con una sola fotografía.
Quizá este sentimiento no se prolongue durante mucho tiempo, es más, probablemente sea tan efímero que se esfume antes de que acabe de escribirte este texto, pero siento que todo funciona. Sí, y sé que durante estos meses nada ha fallado, sin embargo, las cosas evolucionan, se suceden las etapas. Pasa la vida. Pero hoy, ahora, este instante parece perfecto.
Es probable que esta noche haya sido el cierre de mi reconciliación con Llul. De veras lo siento si a alguien le defrauda que haya intentado que todo vuelva a ser como antes, lo siento si alguien no entiende como he podido comprenderle y empezar de cero, pero no tengo explicación alguna para nadie. La tengo para mí misma, y aunque resulte jodidamente extraño en mí, es más que suficiente. De hecho, quizá todo este proceso ha sido fundamental para darme cuenta de que es probable de que todos estos pensamientos que ultimamente deciden rondarme sean signos de que estoy madurando. ¡Y sí! Nunca he creído que dicho proceso exista como tal y pueda marcarse, sin embargo, cada vez estoy más segura de que me equivocaba.
En cierta medida, es muy probable también que el hecho de que haya decidido besar cada día a la misma persona tenga que ver en todo esto, y ahora mismo, me alegro al despertarme cada mañana sabiendo que está justo ahí, a mi lado. Porque aunque suene imbécil, común y muy adolescente, le quiero. ¡Qué cojones! Estoy enamorada de él. Y lo siento para los que no me creen.
Y afortunadamente, no le tengo solo a él, las tengo a ellas, las de aquí y las de allí, que evolucionan de maneras distintas, supongo, pero que comparten algo, son mis amigas. Y están ahí, desde más cerca o desde más lejos, más o menos intensamente, pero están. Y eso es más de lo que muchos pueden desear.
Y me duermo, ya echando de menos esa sensación increíble que por un momento me ha hecho sentir especial, a gusto. Que me ha hecho abrir los ojos y ver que detrás de los pequeños detalles que nos hacen pensar, desesperarnos al irnos a dormir y desquiciarnos más a menudo de lo que deberíamos, soy afortunada. Gracias a mi pequeño mundo por concederme momentos como este, aunque por desgracia se los lleve tan rápido, y todo vuelva a ser corriente. Porque es muy injusto acusarle cuando todo va mal y no agradecerle nunca las pequeñas cosas que hacen que vaya bien.

5 comentarios:

  1. también yo me siento afortunada y feliz a pesar de esos flequillos que siempre hay por ahí... pero eso es ley de vida y hay que conformarse y tratar de ser dichoso con lo que se tiene... y decirlo, como tú, muy fuerte y muy claro.

    biqiños.
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  2. parece que no, pero no me he perdido ni una sola entrada de este blog.no sé porque no te he comentado antes.

    Me alegra verte tan jodidamente bien, andre! :)
    un besazo.

    Felpi

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  3. Aunque pocas veces comente, que sepas que siempre te leo.

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  4. Me encanta que te puedas sentir así Andrea. No cabe duda que este ha sido un gran año de cambios y que sólo está empezando. Para bien o para mal, lo mejor es disfrutar :)

    PD: me gusta la nueva foto de entrada del blog nena!
    te quiero

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