28 de febrero de 2010

The morning after.



El campo estaba demasiado verde como para no admirarlo. Florecían ya pequeñas rosas, tan blancas y tan perfectas, que no pudo resistirse a olerlas.
El tiempo pasaba aquella tarde de Marzo. Un día bastante cálido, a pesar de todo.
Llevó musica para hacer mas amena su espera infinita.
El prado era demasiado grande y estaba demasiado apartado como para que alguien la oyera,
así que cantó una canción mientras bailaba y saltaba, con una sonrisa pintada en la cara.
Cantaba muy alto, intentando que su voz que tocara el cielo.
Se sintió pequeña, como esa niña que todavía era, y se tiró al suelo, mientras reía a carcajadas.
Cerró los ojos y respiró pronfundo. El campo estaba ya frío, y su reloj le dijo que era tarde.
Sonó otra canción, esa melodía de guitarra, cargada de recuerdos.
Su sonrisa se fue haciendo chiquitita, tanto, que se borró.
Abrió los ojos, y mirando al cielo, la cantó, con tan mala suerte que se puso triste.
La melancolía y la soledad la llenaron con su presencia, pero ella cantaba alto, con voz firme.
Cerró los ojos y allí a lo lejos, le vió.
Su corazón se alegró tanto que podía oír sus pulsaciones. Corrió como nunca antes y tras varios metros llegó. Se fundieron en un abrazo muy dulce.
Recuperó su sonrisa perdida y justo antes de besarle, abrió los ojos de nuevo.

Seguía tumbada allí, sola, susurrando la ultima frase de aquella canción, mientras una tímida sonrisa se dibujaba en su cara. Solo faltaban dos días para poder cantarla con él.



http://www.youtube.com/watch?v=EdkJxUE3JZo&feature=related

27 de febrero de 2010

Sábado.





...¡Y sí! El sabado ha llegado.


Podría ahogar mis penas desahogandome a través del blog, y contaros a todos lo mal que lo he pasado esta semana, que consideraré como unas de las peores de mi vida de estudiante. Es más! Lo voy a hacer, solo un poco.


Cuando llegó el lunes, todavía estaba bastante relajada, y después de contestar a unas preguntas sobre Machado y Romancero Gitano, me sentí incluso aliviada, olvidando por completo que me quedaban muchos otros exámenes por delante. Tarde para la Primera República y para el sector téxtil catalán. Martes , examen a las 4 de la tarde, y de nuevo salgo bastante relajada, dispuesta a enfrentarme con el nuevo plan de estudio. Llegaron las 6 y las 7, y luego las 8, pero el señor Alvaro Cunqueiro y sus amigos ponían resitencias a meterse en mi cabeza. Ahí perdí los nervios, los estribos y unas cuantas lágrimas del agobio que sentía. El mundo se me venía encima, y más concretamente los libros. Entonces mi madre se vio obligada a hacerme una terapia de relajación (madre no hay más que una) y recuperé el sentido.

Miércoles, examen, mejor de loque imaginaba (o eso creo), un alivio más , sin duda. De nuevo otra tarde, esta vez dedicada al gerondif, y al present de francés.

El jueves, examen tranquilo, y en parte improvisado.
Esa tarde , se extendió hasta la noche, y siguió la mañana siguiente. Las vertientes, los climas y la población rural se hicieron los duros. Al final puede con ellos, y el viernes hice el último examen, el más odiado y el más esperado.


Y sí! El sabado ha llegado. Cosa que el lunes creí poco probable que pasara y el martes no imaginaba mi vida después de la semana mortal.


A pesar de dormir cuatro horas diarias, cinco, a lo máximo, comer a veces demasiado movida por el ansia, otras casi nada, cuando los nervios cerraban mi estógamo. A pesar de vivir en mi habitación y olvidarme de que esas personas con las que a veces me cruzo son mi familia, a pesar de que el cerebro pesa ahora unos cinco kilos más que antes, y que me han dolido todas los huesos de mi cuerpo, incluso aquellos que no sabía que tenía, he de decir, que aunque ahora no sea capaz de verlo, de esta semana tambíen me llevaré cosas buenas, o eso quiero creer.


Sí, es cierto, el miércoles habría matado a cualquier persona que hubiera dicho esto, pero hay que hacer balance e intentar sacar todo lo positivo de este tipo de momentos, aunque lo bueno se oculte tras montañas de libros, debajo de apuntes interminables o aunque estén mojados en el sexto café del día.


Sé que el año que viene, si todo sale bien, tendré un recuerdo de este año, un tanto ajetreado, entre letras e información impresa, pero también sé que me quedaré con las charlas después de un examen, con las canciones sobre parques naturales, o política exterior, con las faltas a clase, con los minutos de biblioteca, con las llamadas de teléfono diarias para compaderte con otros que están igual que tú y con los truquillos para acordarme de ese año tan puñetero, o de ese autor tan feo.





Eii! Pero no creais que ha acabado el sufrimiento!

Quiero recordaros a todos, y en especial a mi misma que los examenes no duran una semana, no, sino dos semanas...Y pasado mañana, de nuevo, es Lunes.

21 de febrero de 2010

La primera cita.




-Perdona, chica. ¿Tienes hora?
-Sí. Son las 8 y cuarto
-Gracias
-De nada


-Perdona, chica....¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?
-¿Indiscreta? ¿Cómo de indiscreta?-dijo sonriendo-.
-¿Que hace aquí alguien como tú una mañana de domingo a las 8 y cuarto ?
-¿Y que le importa a alguien como tú lo que estoy haciendo yo, aver?
-No te pongas así mujer- dijo riendose- No lo he hecho con esa intención, disculpame.
-Está bien, no te preocupes.


-Perdona, chica.
-¿Tú otra vez?
-Siento lo de antes, dejame arreglarlo.
-Que no hombre, que ya está ,da igual, no me vas a crear un trauma ni nada por el estilo, puedes irte tranquilo.
-¿Has desayunado?
-¿Qué?¿Otra pregunta indiscreta?...No, lo cierto es que no, no he desayunado, ¿Contento?
-Entonces déjame invitarte, por favor
-¿Invitarme a desayunar?-pregunto soprendida- Lo cierto es que tengo hambre, y un poco de cara..pero creo que tendría mucho morro si aceptara...
-Por favor, acepta.
-...Está bien. Creo que es lo más surrealista que me ha pasado nunca, pero iré a desayuna contigo ¿Estas seguro de que quieres invitarme a mí no?
-Claro-dijo mientras reía- ¿Acaso la leche te pone violenta o algo así?
-Qué graciosillo.

Entraron en una cafetería. Lo cierto esque ella no la había visto antes, y eso que vivía alli al lado.

-¿Qué les pongo?-preguntó el camarero.
-Un zumo de naranja, un colacao y una napolitana de chocolate...¡Ah!Y un vasito de agua-dijo ella-
-¡Eso es desayunar! Mmm...Póngame lo mismo!
-Yo te pregunté si estabas seguro de querer invitarme, que conste..
-Lo cierto esque odio a esas chicas que piden sólo un café mientras sus tripas hacen un ruido espantoso.- dijo riendo-.


Charlaron y rieron, como si ya se conocieran, como si ya se quisieran.


-¡Dios mio! Son las 9 y media, debería estar en casa ya.
-Es cierto, se nos ha hecho tarde, será mejor que nos vayamos.

Salieron a fuera.


-Bueno-dijo ella- antes de irme, si no te importa me gustaría saber el nombre de el amable caballero que me ha invitado a desayunar.
-¿De verdad crees que es necesario?..
-Hombre pues un poco. Si cuento esto a mis amigas y no sé tu nombre, no me creerán.
-Todos me llaman Elmo.
-Váya original sin duda. Yo me llamo ...
-Shh, no hace falta-dijo poniendo el dedo en sus labios-yo ya sé como te llamas. Tu pulsera se ha adelantado.
-Váya, aun encima de amable, detallista- dijo sonriendo-.

-Sólo te pediré una cosa-dijo él-.
-Claro, dime
-Un beso.
-Lo siento.Dicen que las señoritas no besan al chico en la primera cita.
-¿Significa eso que habrá una segunda?
-Bueno, si insistes...Sí, acepto esa cita.
-Pero si yo no he...
-¿Mañana? ¿A la misma hora dices?












20 de febrero de 2010

En las nubes.



Era blanca. Ese blanco puro, como el de las sonrisas de anuncio de pasta de dientes.
Blanda y esponjosa. Como no lo era mi peluche favorito en las frías noches de enero.
Suave. Mucho más que el pelo de un cachorro, que el culito de un bebé y que las toallas recién planchadas.



Elegí la más bonita. La más redonda entre todas ellas.

Llegamos allí volando. Surcando un cielo, nunca antes tan azul.

Creí dormirme en su aroma. Un olor inexplicable con palabras. Un olor que nunca antes nadie había conocido. Nadie, solo tu y yo.
Era como ese agua de colonia tan fresca.
Respiré profundo y me tapé la nariz. Guardé ese aroma bien dentro de mí, por eso sé que sigue aquí conmigo.

Nos tumbamos sobre ella.
Era un algodón, un algodón de azúcar. Muy dulce.
Nada me sujetaba, me sentí libre.

Probé a saltar muy alto. No paraba de sonreir mientras mi pelo subía y bajaba, movido por la brisa.








De un salto caí de nuevo en mi cama. Con esa sonrisa soñadora, esperando a que amanezca.
He viajado en mi nube sobre mundos de fantasía. Tu ibas a mi lado, pero yo no te conocía.

18 de febrero de 2010

Chaping

Voy a ser sincera. Nunca me gustaron los carnavales.

Cuando era pequeña, temía que llegara esta fatídica semana porque durante cuatro años consecutivos venía un virus estomacal que me tenía en cama varios días. Entonces escuchaba los gritos de mis amigos en la calle, y era a mi a quien tiraban huevos a la ventana, y no era yo quien los tiraba.

Luego fui creciendo, y supongo que me hice inmune al virus, y eso que no existían ni actimeles ni nada. Ahí empecé a disfrutar un poco, pero en a mi casa seguían tirando huevos.

Un día quise enfrentarme a esos cabrones, a los que nisiquera veía la cara por sus caretas. Allí fuí yo con mis 11 años y mis 25 kilos de peso, a hacerme la valiente. Me acerqué a ellos gritando (toda macarra).
El final de este cuento no es como el de las películas, en las que los matones acaban besando por donde la muchacha pisa, no. Aquí, el huevo acabó en mi cara en vez de en la ventana.



Pero...estos carnavales se llevan la palma.

Mi vida no podía no podía ser menos divertida. Allí, en aquella silla tan tan..tan dura la jodía, me paso sentada unas 8 horas al día. Mi trasero se está aplanando más, si es posible. Yo creo que un día de estos desaparece y no me doy cuenta.


Pero bueno aún así tambien he tenido vida social, la justa, pero la he tenido.

El martes noche en casa de Carol. Noche de amigos, muuchos amigos. Sin padres, sin normas, suena a fisica o quimica eh? Pues no! Fue mucho mejor!
Necesitaba una noche cómo esa.
Fui con la condición de que dormiría en una cama, y por si era poco, me prometí a mi misma (y a mi madre) que llegaría a casa temprano para seguir estudiando. Para ello mi propósito era en dormirme a eso de la 1 y media...

Cuando me di cuenta eran las 5 de la mañana, y allí estaba yo, tirada en el suelo, meandome de risa y sin pegar ojo.

El miercoles llegué a casa muerta y más tarde de lo previsto, cómo no.
Intenté repasar, pero ya conoceis a mi amiga la almohada y su capacidad para absorverme.
A las cinco me fui a casa de mi primo a grabar el corto. Sí, por si no lo sabíais estoy grabando un corto, que pronto se estrenara en los cines Dúplex.
Hasta eso de las diez grabando, podría quejarme, pero no lo hago porque adoro mi trabajo (Kyuni, espero que leas esto).


Después dormí lo que se dice a pierna suelta, pero de nuevo madrugué para ponerme a estudiar.

Pero de noche, recibí otra visita. Era mi querida amiga Cristina, que se quedaba a dormir.
Después de tertulia nocturna nos dormimos, a pesar de las piedras de granizo que golpeaban la ventana.
De mañana habiamos quedado con la otra Cris para ir a desayunar, y cómo buenas listas que somos nos quedamos dormidas.

Cuando te quedas dormida, tu personalidad cambia. Te haces más eficiente. Si madrugo, pierdo habitualmente unos 10 minutos pensando la ropa, sin embargo cómo me quedo dormida..mi imaginación se vuelve sublime, y en 5 minutos estoy lista. Debería quedarme dormida siempre ahora que lo pienso.

Después de un viaje en taxi, llegamos. ¿Y cual fue la actividad tan increiblemente divertida que desempeñamos en una mañana de carnaval?


ESTUDIAR! Eso es..Si esque cuando se me da por ser original....












15 de febrero de 2010

Buenas noches.



Noche preparada de antemano.
La primera quizás que se quedaba hasta tan tarde con las autorizaciones pertinentes.
El frío invitaba a quedarse en casa.
Llegaba tarde, como de costumbre. Las carreras en tacones nunca se le han dado bien, pero la ocasión merecía un paso apurado, y dejar que la noche empezara cuánto antes.
Una larga cena . Me acompañaron algunos conocidos, también amigos allegados.
Intenso camino. Esos zapatos no dejaron de dar guerra.Entre risas, confesiones de última hora que suponen turbulencias.
Alcanzado el primer destino.
El ambiente no podría ser mejor. Calles, antes vacías, arropaban ahora a más de cien personas.
Algunos me conocen mucho, otros poco o casi nada, y para otros soy una cabeza más entre tantas otras. Caras de sorpresa ante viejos amigos. Reencuentros entre conocidos. Conversaciones improvisadas, y nuevas caras.

Con retraso, iniciamos el segundo viaje. Inusual piloto, sin duda.
Era la primera vez que pisaba aquel sitio no tan lejano, pero hasta ahora desconocido.
Sigue al resto de personas, que parecen controlar el viaje.
Como una turista, se sorprende con cada cosa, y en silencio grita de emoción.
La multitud no deja de crecer, y no resulta fácil andar.
Pero al fin, hay un hueco vacío, aunque muy pequeño.
Sabía que no había estado nunca allí, pero se le hacía familiar. Rodeada de amigos, no paraba de bailar. Cerró los ojos con mucha fuerza. Lo hace siempre que quiere que algo quede guardado para siempre en la retina. No es solo una imagen. Es esa música, ese olor y tambien son sensaciones. Intento un acercamiento disimulado, pero falló en el intento.
Buenas vibraciones. Sus pies ya no molestan, se han adaptado a los zapatos, después de tanto esfuerzo.


Sin más, terminó, como todo lo bueno.
Y guardadas quedan ya todas esas emociones.

14 de febrero de 2010

Carnaval.




Carnaval, carnaval.


El carnaval es ese momento tan esperado por todos.

Es ese momento en que podemos disfrazarnos y hacer el tonto, mucho más de lo habitual.

Es el momento en el que los tíos tienen la oportunidad de vestirse de mujer y descubrir así lo que se siente llevando sujetador. Las tías, por otra parte, tenemos la oportunidad de vestirnos de pilinguis sin que nadie nos diga nada.


Basicamente, podríamos dividir los disfraces en dos grupos:

-Los disfraces de tienda, que nunca son cómo aparecen en las revistas, pero aun así son vistosos y de tejidos normalmente finos o practicamente inexistentes, de modo que tendrás que llevar siempre por debajo seis camisetas más para evitar una hipotermia.


-Los difraces caseros. Este grupo es el más variado, y también el más popular.

Unos son los "currados" o "curradísimos", que son muy buenos, incluso mejores que los de catálogos.

Pero luego están los caseros cutres. Estos son los que haces con tus amigos a última hora, usando cosas "que tengas por casa". Destaca el de zombie, que consiste en rachar camisetas y pintarte la cara de muerto. Está también el de viejo, que con un baston y ropa de tu padre-6 tallas más grande que la tuya- te apañas. Y también el de bebé, que es la oportunidad de salir a la calle en pijama.

Pero lo peor, es cuando te disfrazas, y vas toda orgullosa, creyendo que será la noche más popular de tu vida, con tu disfraz "currado", pero al llegar a la multitud, te miran raro, y entonces pregunta uno:

-...Andaaa! Pero si vas dee...de...¿De que vas exactamente?

Al principio piensas que es un inútil, pero que se ve a leguas de que vas vestida.

Cuando te lo preguntan por 5º vez en una noche, entonces te das cuenta de que igual es culpa del disfraz.


Y luego en otro grupo a parte-debido a la antigüedad y a lo mítico que es- está el buzo.

Yo, lo cierto, esque no sé si este disfraz es conocido en todo el territorio español, o es autóctono, pero lo que se esque nadie pasará unos carnavales aquí sin ver a alguien en buzo.

Quien se disfraza de buzo, solo necesita una careta- cuanto más fea, mejor- y cómo no, un buzo, normalmente de tu padre también.




Yo ayer me disfracé de Wally.

Si no sabes quien es Wally es que definitivamente no has tenido infancia, ni libros.





13 de febrero de 2010

Ladies.




Día de entradas, de salidas. De bajadas, de subidas. De baile y de grandes sonrisas.


Ha sido un largo día, y aunque estoy muertísima, no queria acostarme sin hacer un balance sobre el día de hoy, que no pasará indiferente.

Viernes, como otro cualquiera, me levanto temprano para prepararme. Esta vez me preparo mucho más, incluso me plancho el pelo y maquillo. Desayuno rápido en La nueva. Napolitana y cacao para coger fuerzas.
No fuimos a clase. Desde las 9 menos cuarto perfeccionando un baile todavía improvisado, en el que todavía existían todo tipo de.."lagunas". En el baño del instituto 5 niñas se pintan y desgracian su pelo con todo tipo de productos. El resultado final, no es ni mucho menos el de la mismísima Beyoncé, pero es pasable, incluso con purpurina en los ojos.
Pasaba el tiempo, y seguimos ensayando. Contamos con ciertas ayudas externas.
Pero el momento no se podía retrasar más. Así que nos tocó, y bailamos.
Bailamos mejor o peor, con fallos o sin ellos, pero bailamos, y al final nos aplaudieron, que a fin de cuentas es lo que importa.




Podrán decir que lo hicimos bien, que lo hicimos mal. Que molamos mogollón o que esperaban otra cosa, pero creo que eso no es lo importante.
Nosotras no decidimos bailar para ganar, decidimos bailar juntas como algo que siginifica de nuevo, el fin de otra etapa.
Las risas en el día de hoy, los nervios, los ensayos, las medias, los zapatos, las mayas, los pasos, las letras, y por supuesto también los fallos, serán simplemente imborrables. Guardados para siempre en ese baúl de los recuerdos que abriremos mil veces a lo largo de nuestra vida.

10 de febrero de 2010

TV




Hoy mi entrada va dirigida para tí...

Porque tu eres eso que es capaz de mantenerme despierta hasta horas imprudentes, quedándome pegada a ti, como nadie más es capaz de conseguir...




Hoy va para tí, querida tele.


A día de hoy todos en nuestras casas tenemos una tele. Quien dice una, dice dos, o incluso más, llegando a extremos como los de esas personas que colocan un televisor en su baño, para que sea más ameno...


La televisión es, una caja. Antes nuestras cajas eran grandes y gordas, como nuestros familiares en las fotos antiguas , pero ahora, gracias a las nuevas tecnologías se han hecho más ligeras y delgadas, como algunos de esos familiares también. Creo que de aquí podriamos sacar una teoría evolutivadel tipo Darwing, la tele (especie) se adapta al entorno (personas). O quizá sea al reves.

Parece estúpido pensar, que nosotros los humanos, ese ser superior que "domina el mundo", pueda quedarse horas y horas delante de una caja.


Nuestras queridas cajas están llenas de personas, personas que juntan y hacen cadenas, las cuales a su vez, haces programas, programas que son vistos por nosotros...y así hasta el principio de los tiempos.

En la tele, como en todo, el pez grande, se come al pequeño. En nuestras cajas, podríamos decir que hay dos cadenas-jefe, esas que todos sabemos cuales son y de las cuales no voy a hacer publicidad, a no ser que me paguen, claro está.
Esas cadenas, tienen como principal objetivo que no veas a la competencia, y suelen hacer coincidir sus mejores programas, en el mismo día y a la misma hora, para que así tengas que decidir entre una de las dos.
¡Pero el problema está en que tú no quieres ver sólo una!

En este preciso momento, el homínido se haya ante un problema y debe decidir entre:

a) Elegir uno de los programas y verlo con tranquilidad.

b)Intentar ver ambos programas.


Ésta última es la más utilizada entre la población, pero no la más útil-de hecho yo pude comprobarlo ayer mismo-.
Para poder lograr tu proposito debes seguir varios pasos:
1.Necesitas un sofá.

2.El secreto está en el mando, debe permanecer en tu mano durante todo el rato, hasta que se confunda con tu piel.

3.Debes establecer un orden de prioridades entre los programas.
Una vez hecho esto, sitúa tu caja en el canal de prioridad 10, una vez allí, disfruta de la estancia, hasta el descanso. (Si ves televisión española, mi truco se irá a pique a partir de ya)
El descanso es el momento decisivo, es entonces cuando debes ir de inmediato al canal de prioridad 9 (o al baño, eso depende de tu aguante). Es muy probable, que aquí también den anuncios, asi que será mejor que pongas televisión española, aver que dan mientras.
Pero no te relajes en ningún momento, debes cambiar al canal de prioridad 10 cada 30 segundos, no vaya a ser que te pierdas algo.

En este momento, podría afirmarse que el humano es tonto, pues no está viendo nada.

En el momento en que empiece detén todos tus movimientos y relájate.
Tampoco te relajes mucho, sobretodo si son más de las 12, no vaya ser que al humano se le extingan sus fuerzas, y se quede dormido.


8 de febrero de 2010

Tarde de lunes.



Punto primero del día, si vas a completar tus apuntes de literatura siguendo el libro de literatura, no te dejes el libro metido en el pupitre.

Punto número dos, no hagas los deberes en la cama. La almohada es demasiado blandita, suave y esponjosa como para evitar quedarte dormida. Tampoco se aceptarán sofás, amacas o cualquier otro artefacto que te permita descansar.

Punto número tres, nunca, jamás, y bajo ningún concepto te fíes completamente de lo que diga un substituto. Aunque sea como ese padre que siempre quisiste, ni siquiera si es mejor monologuista que Rober Bodegas o si es simplemente, caralludo.


Me he pasado otro fin de semana metida en mi zulo, estudiando, o por lo menos sentada en la silla con el libro abierto, porque mi capacidad para perder el tiempo es simplemente insuperable.
Aunque esta vez no me ha costado tanto estudiar, porque tengo un substituto maravilloso y genial. O eso creía yo, hasta que me puso en el examen un ejercicio de relacionar.
Todos pensareis que estaba tirado, pero no! Cuando en segundo de bachillerato te ponen un ejercicio de relacionar...¡Atención!¡Peligro! Es como esos exámenes con el libro delante, que son una sucia trampa del sistema educativo.


Pero hoy ha sido uno de esos días en los que no haces absolutamente nada productivo, salvo comer, que nunca está de más.
Ves las horas pasar, con toda la pachorra del mundo mundial, pero no te importa, tu sigues ahí con la mirada perdida en la ventana, esperando a que alguien pase, aunque sabes que en Valón la posibilidad de que un humano pase caminando es practicamente inexistente.

Como mis ánimos son nulos, me pongo el mp4, y confío ciegamente en mi capacidad de concentración y en ser capaz de escuchar música mientras trabajo. Pero obviamente mi capacidad falla, puede que porque es lunes por la tarde o porque Rihanna canta demasiado bien.

Entonces decido acompañar a Rihanna en su canción, acompañandola como no de un patético y degradante baile. Cuando al fin me doy cuenta de que estoy haciendo el ridículo, decido cambiar de táctica.
Me siento en la cama, en postura india, con la libreta en el regazo a hacer los deberes.
Pero la almohada me mira, me mira fijamente mientras me llama ¡Cómo me conoce la condenada!
Y yo como una tonta, a pesar de saber que las posibilidades de quedarme dormida superan un 99% , allá voy, me apoyo en ella hasta entrar en un sueño corto pero intenso, que te deja peor que antes, lo que se conoce como siesta.

Total, que al final me levanto.¿Para que? Para nada. Cuando me decido a hacer algo, busco mi libro de lengua para completar mis apuntes. Pero, él no está, ha desaparecido, así sin avisar.
Después de buscarlo por media casa, me doy por vencida, se me ha olvidado en clase.


Y esque de vez en cuando no está mal tomarselo con calma.




7 de febrero de 2010

Felices dieciocho.

Tú y yo, no somos amigas de la infancia. No hemos saltado a la comba, ni a la goma.
No hemos ido juntas al colegio de pequeñas.
No hemos compartido muñecas, ni hemos jugado al escondite.
Tú y yo hemos crecido separadas.

Pero tú y yo, nos hemos encontrado.
Y maduramos un poco cada día, juntas.
Hemos compartido muchos momentos en apenas dos años. Tantos, que me sería imposible escribirlos todos.


Reímos cuando queremos, o cuando no.
Lloramos cuando debemos, o cuando simplemente no podemos evitarlo.

Tu y yo lo hemos pasado bien, pero también lo hemos pasado...menos bien.
Hemos hablado horas y horas.
Hemos cantado miles de canciones y hemos compartido miles de silencios.


Hoy es tu día especial.
Ese día que tanto deseamos desde pequeños.
Pero no solo quiero felicitarte, sino que quiero que esta entrada sirva también para agradecerte todas las cosas que haces. Porque no sabes cómo valoro que en tu apretada agenda siempre haya un ratito para mí.



Feliz cumpleaños Kiuk.
Te quiero un montón.

6 de febrero de 2010

Es tarde para huír.



Esperé a que todo fuera perfecto, a disponer de las condiciones idóneas para actuar.
Me creí eso de que en la vida sólo hay una oportunidad para hacer las cosas, y viví con el miedo a dejarla pasar.
Y cuando ví que el momento se escapaba ante mis ojos, mé hundí y creí que ya no habría más. Entonces busqué la suerte en la mierda y la luz en la sombra, pero, no encontré nada.
Decidí marcharme de aquí. Llené de problemas y angustias mi maleta y huí, como una cobarde.
Pero por suerte mi viaje duró a penas unos minutos.
Era una locura, pero me dí cuenta a tiempo.
Me ví sola, comenzando un viaje improvisado, a un destino inexistente.
Sin motivo me reí a carcajadas, me senté en el suelo y cerré los ojos, para no sentir que la gente me miraba.
Decidí volver a casa.
He aprendido a vivir con mis problemas. Esos que siguen aquí, conmigo, dentro de esa maleta, esa que no me he atrevido a abrir.

5 de febrero de 2010

Roma♥

Hoy hace un año, comenzabamos aquel viaje. Aquel viaje inolvidable e irrepetible, aquel viaje a Roma.
Salimos de madrugada. Después de dos vuelos y un viajecito en bus , llegamos a aquella calle, donde estaba nuestro hotel. Recuerdo que el profesor nos habia dicho que agarraramos las maletas, que en Roma nunca se sabía. Entramos y todo parecía perfecto, hasta que intentamos subir a las habitaciones. ¡No había ascensor!
Y allá fui yo, arrastrando una maleta más grande que yo por aquellas escaleras infinitas.
Al fin nos asentamos en nuestras habitaciones.
El primer día, andubimos hasta muy tarde por las calles de Roma, viendo de pasada todas eses lugares que veiamos en las revistas, y como todo buen turista echamos nuestras monedas a la Fontana, esperando que nuestros deseos se vieran cumplidos.
El segundo día nos despertamos muy temprano. Recuerdo la llamada-despertador que nos hacía el profesor. Viajamos en tren a Florencia. Allí vimos monumentos, museos, y al esperado David de Miguel Angel. Me acuerdo que había llovido mucho y nos refugiamos en una especie de plaza cubierta, donde un guardia vigilaba todos nuestros movimientos.
El tercer día fuimos al Vaticano. Y sí, vimos al Pápa hablar desde su balconcito. Recuerdo los bailes de la multitud de gente que estaba en aquella plaza. Esa tarde hubo sorpresas, descubrimos unas calles preciosas cerca del Vaticano, con un montón de tiendas. Sacamos un montón de fotos.
Los dos últimos, hicimos una visita completa de Roma. Comimos pizzas, spaguettis y lasagna, originales, cómo no.


Hoy necesitaba recordar ese viaje, porque fue mucho más que un simple viaje.
Roma me sirvió para hacer que me uniera tanto a esas personas que hoy necesito a mi lado.

Grazie per quel viaggio così speciale.
Niñas (:

4 de febrero de 2010

Clases...



Estabamos en clase de geografía.

¿Odioso eh? Creeme que si.

Todos parecen atender, pero podría asegurar que ninguno de ellos lo hace. Uno hace dibujitos, una duerme, otros hablan en bajito y otros simplemente se evaden mientras miran a la profesora.
La aguja de mi reloj parece no moverse, de hecho he llagado a creer que no lo hace.
Se oyen suspiros y toses.
A veces-muy pocas- me da incluso pena la profesora, que pone todo su empeño en mantenernos en silencio-tarea imposible, por cierto-.




De repente un ruído llama la atención de todos. ¿Y que es? Agua.

Lluvia que cae con demasiada fuerza.

Todos miramos hacia fuera -con esa cara de flipados que sabemos poner tán bien-como si nunca hubieramos visto llover.¡Incluso comentamos cómo se forman charcos!


Sé que ver la lluvia caer desde la ventana no tiene nada de especial.
Supongo que es un simple hecho que nos ayuda a romper la monotonía.

3 de febrero de 2010

Feelings.




Mis ojos buscan tu mirada entre la gente, pero no la encuentran.
Grito tu nombre en silencio, pero no me escuchas.
Oigo el ruido, pero no distingo tu voz.
Ya no acaricio tu pelo. Ya no huele a ti.


De repente vi tu chaqueta, esa que tanto me gusta. Ella tapaba tu espalda.
Supongo que no debí haberlo hecho, pero salí corriendo hacia tí. Mi corazón no podía ir más deprisa...Entonces, te giraste.
Me paré en seco. El dueño de la chaqueta me devolvió una mirada fría, desconocida. Me sentí perdida. Él, no eras tú.
No podía creerlo, me había confundido...




A veces tengo miedo de olvidar cómo eres.

2 de febrero de 2010

Quince días.


Recuerdo los veranos en bici.
Nuestros largos paseos.
Los juego de mesa. Las palas y las canciones en aquel banco.
Nuestros eternos partidos de fútbol.
Quince días.
Ese es el tiempo al año que comparto contigo.
¿Casi nada verdad?
Es cierto, quince días de 365 son muy pocos.
Pero esas dos semanas...son simplemente inolvidables porque las comparto contigo.
Es increíble como me dejas conocerte de nuevo cada año, y ver que por mucho tiempo que pase, eres igual que siempre.
El último día siempre se me escapa la misma lágrima, supongo que no podré evitarla nunca.

1 de febrero de 2010

Canciones dormidas.



Ayer fue uno de esos días, en los que te metes en cama, y tu cabecita y tu mp4 se ponen de acuerdo para hacer que pienses demasiado, y que acabes derramando una lágrima, o dos..y quizá tres.
Estas tú tan tranquila, esperando a quedarte dormida, cuando de repente suena esa cancion tan..tan..lenta, pero tan bonita. ¿Y que pasa? Que por tu cabeza se pasean todas esas personas a las que quieres, y entonces te pones triste pensando que en apenas unos meses te tendrás que separar de ellos. ¡Y el problema está en que tú no quieres separarte de nadie! Y te montas una pelicula imaginandote tu despedida. Y entonces te das cuenta de que estas llorando.
Por fin acaba la canción y todo parece ya tranquilo.

Pero mira tú por donde..la canción que suena ahora también tiene tela.
Resulta que esa canción te recuerda a ese verano, y también a ese otoño, o quizá a ese invierno tan divertido que pasaste.
Y entonces te acuerdas de lo feliz que eras y de lo rápido que ha pasado el tiempo. ¡Ala! Ya estás llorando otra vez.

¿Y que hice entonces? Apagar ese maldito aparato y pensar en todas las cosas buenas que todavía están por venir.