7 de diciembre de 2012


Carta pulmón; resaca de festivo, dos puntos

Llevo un tiempo dedicado a buscar el mejor momento para encontrarte un rato.
Hace ya tres meses que estoy tan lejos, y a menudo pienso que todavía no soy consciente del todo de ello. Busco a veces un sonido, un momento, una noche o una plaza en la que pensar, pasear, y que ocurra ese puto parpadeo en que dices, dónde coño estoy. Todavía no me he perdido, y así es imposible encontrarse.
Esto es una aventura cojonuda. Cuando pienso en que pude haberme echado atrás antes de comenzar todo esto, me agradezco haber tenido esa gota de valor final por haber llegado hasta aquí. Con todo lo que pueda pasar a partir de ahora, y por todo lo que ya ha ido pasando. Otra vida.
Las vidas comienzan y se acaban de una manera diferente a la que pensaba. Recuerdo hace ya algunos años, aunque suene raro, cuando empecé a vivir fuera de mi casa, y pensaba; mi vida no cambiará, mi vida será la misma pero en otro sitio. Error. He aprendido que cada sitio es una vida, cada grupo de personas es un sitio, y cada etapa marca una vida diferente a la anterior. Porque ya no eres la misma persona. Porque ya no soy la misma persona.
Empezar aquí de cero ha supuesto terminar con muchas otras, y de eso todavía no soy capaz de hacerme consciente. A veces digo, has roto con todo para poder venir aquí, o has venido aquí porque debías romperlo todo? Quien lo sabe, yo no lo sé. Nadie lo sabe.
Yo he empezado otra vida, de nuevo. Y agradezco cada día haber tenido esa oportunidad. Esto ha sido comenzar otra vez, sabiendo cosas que no sabías. Y me pregunto, y dónde está todo eso que se? Ni idea. Se supone que la experiencia te ayuda en el futuro, pero yo no se dónde la llevo guardada. En serio, cuando ocurre algo, no creo que lo contraponga con todas las cosas pasadas que haya vivido, quizá sí, pero creo que me volvería a equivocar de nuevo en cada uno de los fallos que ya haya podido tener.

Por otro lado, siento que no escribiendo nunca, es cómo si todas las cosas buenas no estuvieran pasando. Para qué es una vida si no es para compartirla, para contarla. Pero realmente sí ocurren, y tengo una rutina nueva, vivo en un lugar nuevo. Empiezo a querer personas de cero, personas que no conocía, y que supongo, después de esto pasarán a ser recuerdos, pero no puedo evitarlo, no quiero evitarlo. Lo vivo como si esto fuera para siempre, porque realmente es como quiero vivirlo, si no, no tendría sentido.
Y digo, estoy viviendo otra vida mía, otra en la que no sé todavía cómo soy, y yo misma me defino. Y me quiero equivocar, me quiero equivocar tanto que sigo sin atreverme.
Un poco de valor, con azúcar, por favorrrrrrrr.