31 de agosto de 2011

En toda vida humana llega un momento en el que dices, ahora o nunca. Y al cabo de unos minutos, cuando ya estás lanzado, te das cuenta de que todavía había mucho que esperar.
Hay arrepentimientos que nos llenan de culpa, y otros, que nos llenan de odio. Pero dicen por ahí que el odio es muy malo. Que el odio lleva al lado oscuro, y allí no se ve nada de nada.
Y como siempre ocurre, el tiempo nos da la razón. La razón nos quita el amor, y el amor nos da la vida. O nos la roba,
eso depende de demasiados factores.
Pero después de dar mil tumbos, siempre llegas a algún sitio. No me preguntes a dónde, yo todavía sigo pegando botes. Lo único que se, es que hay cosas que es mejor no saber. Cosas que están hechas para vivir, no para pensar. Y si realmente alguien es feliz jugando a ser calculadora, espero que le aproveche. Yo prefiero ser valiente, y jugar a ser persona. Aunque sea mucho más difícil ganar.



29 de agosto de 2011

Madrid.

Molaría un montón hablar de Madrid. Molaría hablar un montón de lo que mola Madrid. Molaría hablar de que Madrid mola un montón. Y todas las frases que se te ocurran utilizando tan solo esas palabras. Pero respetaré esa pequeña costumbre mía de no narrar absolutamente todo lo que ocurre en un viaje. Quizá porque así, es en parte, como si se quedara todo en mí, en ellas y en la ciudad que nos sirve de escenario.
Hace un año, sucedió algo bastante parecido. Para terminar Agosto, cogí mis cosas y me marché. Por aquel entonces, tuve la suerte de ir a esa ciudad tan importante para mí como lo es Barcelona. Y esta vez, cojo, y elijo Madrid. Obviamente, totalmente diferentes, y sin embargo, con muchos parecidos para alguien poco acostumbrado a los grandes aires, como podría ser yo misma.
Al igual que entonces, esta ha sido una experiencia que no se olvida, que se guarda, que se vive intensamente tan solo unos cuantos días, pero que con suerte, se recuerda toda la vida.

Y como aquella vez, volver a casa a terminar Agosto, trae irremediablemente de la mano otra palabra, Septiembre.
Hay quien empieza los años en Enero, pero yo, particularmente, los empiezo en Septiembre. Empezar algo nuevo, aunque sea parecido, siempre asusta. Da igual las veces que lo hayas hecho. Podría decir que Madrid ha sido maravilloso para cerrar el verano, pero no puedo. Aunque todavía no entiendo muy bien porqué, todavía no quiero cerrarlo. Quizá haya sido un verano enorme, intenso e incluso muy emocionante, quizá no haya sido para tanto. Yo no lo creo. Por eso, ahora que se empiezan a contar las horas para volver al Sur, también me da pena. Ahora que el norte está en un gran momento, ahora que me gusta cada día más. Pues no sé, se le ira cogiendo cariño. Son cosas de sentimientos que yo no estoy lista para explicar.

Pero esto funciona así, y después de tanto tiempo debería ir aprendiendo las normas. Todo lo que empieza, se acaba.
Madrid, no. Tranquilos.




24 de agosto de 2011


MADRID. MADRID.MADRID.MADRID!
P.D. Quiero que sepas que tu ausencia en este viaje es lo que más va a pesar en la maleta, MT.

17 de agosto de 2011

Brindo por los días completos, por las noches intensas sin que tenga que haber sexo de por medio. Te deseo un momento pleno, como este mismo. Ni si quiera sé si tengo sueño. Todavía no me he parado a pensarlo. En determinadas noches, dormir es lo que menos importa.
Hay muchas cosas que llenan la vida de las personas. Injustamente, en su mayoría, bajo el sucio título de materialidad. Y sería pecar de demasiadas cosas decir que mi vida no se alimenta diariamente de ello. Pero asumes y bajas la cabeza, porque piensas sería una lucha demasiado grande para alguien tan pequeño.
Llega un día que hay ya muchas cosas que no te gustan. Piensas que son etapas, días en los que simplemente un mundo entero apesta en su conjunto, que se compensan con otros en los que te conformas con seguir viviendo, que es ya un sueño para muchos otros que no tienen tanta dicha, y que podría odiarte, justamente, por tanta tontería de niña pija.
De repente un día te levantas pensando que estás vacío existencialmente, de que falta algo, de que buscas eso que no tienes, pero que mas dará buscarlo si no sabes qué tienes qué encontrar. Y piensas en la parcela de espacio que ocupas. En la mierda que abultas. En que hay mil sitios ahí parados que podrías estar viendo, miles de personas que podrías conocer. Cosas que aprender. Que enseñar. Pero estás aquí. En la misma ciudad cerrada de siempre.
Cuanta hipocresía derrochada. Hay que ver. Nos sentimos vacíos por no tenerlo todo, cuando hay gente que no tiene nada. Quejarse. Menudo trabajo.
Y una mierda. Una noche no te acuestas y piensas y piensas. Y si no te sale solo, viene alguien y te abre los ojos. Y de nuevo, empiezas a confiar en la humanidad en su conjunto porque la esperanza es lo último que se pierde. Y una lucha, por grande que sea, dura hasta el final. Y el mundo es una mierda, pero es la mejor mierda de mundo.
Y la gente que no vale, no vale y punto. Y si te han fallado, pues hasta luego. Porque las decepciones están para aprender, igualito que los errores. Y no me cansaré de decir que no hay nada mejor que el tiempo para cambiar el punto de vista. Para darse cuenta de en quien pensamos cuando estamos solos. Tiempo para saber a quien echamos realmente de menos, y para saber que esas personas que creíamos necesitar, ni nos necesitan tanto, ni nosotros a ellos. Y las apariencias son preciosas, pero jodidamente falsas. Y aquí todos nos hemos vendido, que no te engañen.
Pero viene un alguien muy importante para ti, y te devuelve algo que ni si quiera sabías que tenías. Confianza en ti mismo. Y que tenga que venir uno de fuera para darte algo tuyo. Qué triste. Pero no importa. Porque nunca podrías haber imaginado la satisfacción que produce que confíen tanto en ti.
Y ojalá todo sea siempre tan recíproco. Y tan inmaterial. Como confiar, como sincerarse, como enamorarse. Como echar de menos. Como no pensar.

"..La de cosas que no se hacen por pensar en las consecuencias. Por eso me subo a las ventanas. Porque es espontáneo. La espontaneidad manda".- Llul.




Y esta va por Llul, por enseñarme tanto, aún casi sin darse cuenta. Por Penis y por L, que las echo jodidamente de menos. También por Boston, porque quiero verle cuanto antes. Y por Tom, porque yo, pienso en él cuando no puedo dormir...

15 de agosto de 2011

Una de esas noches mágicas. Esas noches de verano inexplicables.
No es muy cálida, todo he de decirlo. Incluso esta noche, llueve,
llueven estrellas. Bonitas. Preciosas.Tan rápidas que a pesar de todo, siempre se me escapa alguna.
Qué injustas.
Yo le guardo todas las que puedo, aunque tenga que ser con los ojos. Y esa misma,
ya es solo un recuerdo. Ojalá pudiera invitarle a sentarse conmigo bajo esta capa oscura. Y si quiere intimidad, pues yo le apago la luna y no se hable más.
Yo todavía no sé muy bien si estoy sola. Una vez leí en una estación de autobús que la soledad, es estar rodeada de gente, y solo pensar en el que no está.
Eso debe ser que sí.
Como se enteren todos estos, van a odiarme para siempre.
Para él, recordaré la más bonita. Y si quiere dos, pues también. Y las que hagan falta.
Aunque no es fácil verlas, con esta luna que está aquí. Justo encima. Brillando más que las farolas.
Pero da igual. Pienso quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Tengo todo el del mundo...




10 de agosto de 2011

"La mayoría de los días del año no tienen nada de especial, comienzan y acaban sin dejarnos recuerdos perdurables en la memoria.
La mayoría de los días no tienen ningún impacto sobre el transcurso de la vida".
Sin embargo, he de añadir, que no son más que todos ellos los que forman una vida entera.

Hay días. Días que rodeas en el calendario de la cocina con un rotulador rojo. Días de los que hablarás en tu diario, de los que narrarás a tus amigos. Días que preferirías no haber existido, y esos otros días.
Días de nada, sin notas en la agenda.
Pero también, hay noches. Noches que irremediablemente cierran el círculo. Noches que arreglan el día, y noches que lo amargan. Hay noches largas que sirven para pensar en días. En días de nada que fueron algo, o en días de algo que resultaron no valer de nada.
Hay noches en las que haces algo que cambiará tus días. Noches que no vienen en los calendarios de las cocinas, pero que recuerdas casi, casi, cada día.
Hay quien guarda fechas. Hay quien las recuerda, y hay quien las olvida. Particularmente, prefiero guardar para luego recordar. Quizá es que últimamente me alimento a base de recuerdos.
Recuerdos de una noche que se llamaba como esta, aunque de un mes distinto. Una noche que tampoco viene en mi agenda, pero que está guardada en un lugar algo más importante. Aunque allí no haya calendarios, ni cocinas. Ni rotuladores.
Paz y amor.



7 de agosto de 2011

Bienvenido a la república independiente de mi casa.

Un domingo. De esos en los que tu cara se asemeja a la de los bailarines de videoclip de Thriller de Michael Jackson y en los que intentas rememorar la noche anterior, hasta que descubres que las copas te han robado todos tus recuerdos. Sí, de esos.
Esta semana ha rodado veloz, será porque con las lluvias resbala, porque no creo que sea porque huye del calor, que está brillando, este año especialmente por su ausencia. Y mira que yo no soy de esas que adoran torrarse, es más, necesito un calor moderado porque sino me debilito, me falta la vida, la desgana se apodera de mi. Bueno, terrible. Pero esto tampoco, hombre por Dios. Que vamos a encoger con tanta agua. Con la cantidad de vestidos bonitos, preciosos que tengo en el armario esperando salir y que están ahí muertos de risa. Libertad para todos. Dejadles salir del armario, por favor.

Y en estas circunstancias, todo el que puede huye. Mis padres los primeros, que están disfrutando de la República Checa en todo su esplendor. Aunque mañana tendrán que volver a enfrentarse a la realidad del norte.
Total, que de este párrafo, has deducido que mi hermano y yo nos hemos quedado en tierra. Por propia voluntad, todo se ha dicho. A ver si te vas a creer que es un castigo por mal comportamiento, que no lo es. Él se ha quedado en casa de mis primos, y yo, yo deambulo de un lado para otro sin olvidarnos de que tengo el control total aunque temporal de mi casa.
Un sueño, eh. Te imaginas ahí haciendo lo que hace la tía del anuncio de Ikea, de timbrar a todos los telefonillos para invitar a todo el mundo a tu casa, porque tienes derecho a tu fiesta.
Bien, creo que lo más rebelde que he hecho ha sido ponerme un CD a todo volumen y sacudir el mantel por la ventana para no tener que barrer. Yu-ju. La más mala.

Y nada. Pero ha sido genial. He tenido invitados, he hecho tareas de casa para que mi madre no sienta que no valgo para vivir sola. Porque aunque no sirvo, tengo que aparentarlo al menos.
Ay, que se me olvidaba. Ayer, Dios, no se si en realidad debería contar esto, pero bueno, qué coño. Resulta que mi madrina me regalo un par de entradas para un concierto de, bueno ahora eso da igual, y allí fuimos mi amiga Pola y yo, a pesar de que no tenía ningún interés. Cero.
Salí enamorada de Carlos Baute, mierda. Lo he dicho. Bueno, ahora ya está. La apariencia no lo es todo. Cómo baila, canta bien, es mucho más guapo que en la tele. ¿He dicho ya que es muy guapo? Que manera de menear el culo, y ese pantalón apretado, y... Pero bueno, no es mi estilo, eh. Aunque lo disfruté como una cría y eso es lo que vale. Qué coño. Y luego fiesta, mucha fiesta de verano. Que en algo se tendrá que notar que estamos de vacaciones, ya que no hay sol...

Y ahora, a resucitar poco a poco...Nos vemos pronto.
Paz y amor.


3 de agosto de 2011

La Fuga.

Solo la necesito a ella para pensar un poco en todo y otro poco en nada. Últimamente mi guitarra solamente suena a ella, pero falta mucho para que suene igual que ella.
Recuerdo las noches locas que siempre acababan bien. Los días largos de sol sureño, por supuesto, pero también las tardes de café del norte.
Hace un par de días, me dí cuenta que las cosas habían cambiado bastante en el norte. Cuando te das cuenta de las cosas lo haces de repente. Es como una hostia de morros contra un árbol. Plaf. Por supuesto que eres consciente de que esas pequeñas modificaciones se está dando, y cómo es lógico no puedes hacer nada para evitarlas. Y lo cierto, es que tampoco quieres. El tiempo pasa y no pasa solo. La vida le acompaña. Siempre, siempre. Quien eres tú para prohibirlo.

Era la primera vez que estaban juntos pero separados, después del tiempo suficiente como para recordarlos siempre agarrados, te percatas de que ahora las cosas no son así. Y aunque ya lo sabías, siempre necesitas que alguien te dé un bofetón en la cara y te lo enseñe frente a frente para terminar de creerlo. Digamos que prácticamente la conocí estando con él, y nuestra amistad le ha tenido siempre como tema de conversación y por supuesto, preocupación. Y está claro. Si las cosas han cambiado han sido por culpa de que se ha comportado como un cabrón con ella. Sin embargo. Joder. Yo que sé. Le ves ahí, cabizbajo, y piensas que de una manera u otra él también ha sido un amigo. Su novio, y por tanto, un alguien que formaba también parte de tu día a día.
Ella, tres metros más atrás. Disfrutando de la fiesta. Portando todavía un subconsciente que piensa en él cada noche, aunque no se esté dando cuenta. Y yo, entre ambos, pensando en que si ellos han cambiado, muchas otras cosas también. Ya no es lo mismo. Por supuesto que no es lo mismo.

No sé a qué o a quién debería agradecer que nosotras sigamos siendo las mismas. Al menos en número. En nombre. Pero está claro, que no somos las mismas personas que hace un año, cuando estábamos en aquel mismo sitio. Joder, es que la vida suelta de repente a siete personas en lugares diferentes, con diferentes personas, estudios, viviendas. Todo. Nueve meses más tarde, volvemos al norte que nos une y pretendemos que todo siga igual...Jodido. Vamos, echa un vistazo. Yo ahora llevo el pelo rojo, casi todas tenemos permiso para conducir, a ella le gusta la música de fiesta y a aquella el estilo indie. Llevo una camiseta de basket y ella unos tacones. Y eso es sólo el principio. MT ha empezado a fumar, y Póla lo ha dejado para siempre. Yo salgo con Tom y Morla se ha enamorado y desenamorado sin que a penas lo notáramos. Y podría seguir durante horas. Es diferente,
y me he dado cuenta hoy, de que es sobretodo, mucho mejor que hace un año. Las necesito el doble. El triple. Porque el norte es sobre todo, ellas.
Eso es lo único que importa.

Pero yo solo estaba pensando un poco...Y se me ha ido la cuenta.
Paz y amor.