10 de agosto de 2011

"La mayoría de los días del año no tienen nada de especial, comienzan y acaban sin dejarnos recuerdos perdurables en la memoria.
La mayoría de los días no tienen ningún impacto sobre el transcurso de la vida".
Sin embargo, he de añadir, que no son más que todos ellos los que forman una vida entera.

Hay días. Días que rodeas en el calendario de la cocina con un rotulador rojo. Días de los que hablarás en tu diario, de los que narrarás a tus amigos. Días que preferirías no haber existido, y esos otros días.
Días de nada, sin notas en la agenda.
Pero también, hay noches. Noches que irremediablemente cierran el círculo. Noches que arreglan el día, y noches que lo amargan. Hay noches largas que sirven para pensar en días. En días de nada que fueron algo, o en días de algo que resultaron no valer de nada.
Hay noches en las que haces algo que cambiará tus días. Noches que no vienen en los calendarios de las cocinas, pero que recuerdas casi, casi, cada día.
Hay quien guarda fechas. Hay quien las recuerda, y hay quien las olvida. Particularmente, prefiero guardar para luego recordar. Quizá es que últimamente me alimento a base de recuerdos.
Recuerdos de una noche que se llamaba como esta, aunque de un mes distinto. Una noche que tampoco viene en mi agenda, pero que está guardada en un lugar algo más importante. Aunque allí no haya calendarios, ni cocinas. Ni rotuladores.
Paz y amor.



1 comentario:

  1. No dejes que los recuerdos hagan de "Hoy" un día más.. sin círculos en el calendario. Porque sino mañana ya no tendrás el ayer con el que soñar... :)

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