22 de octubre de 2011

Son las dos de la mañana de un viernes cualquiera en una ciudad como esta. La pasada noche ha sido de las largas, y aunque suene irónico, solo acumulo un total de dos horas y media dormidas. Pero los jueves son una costumbre demasiado agradable, aunque las mañanas de viernes sean para borrar del recuerdo.
Sé que mis ojos quieren cerrarse y que debería atender sus deseos, pero esta noche necesitaba esto. Estaría dispuesta a cualquier cosa. Dispuesta a narrar mi vida, dispuesta a contestar preguntas, aún sabiendo que no hay quien las haga. Dispuesta a hablar de la que probablemente haya sido una semana de mierda.
Y mola porque pienso en cual ha sido la causa de tan ingente problema semanal y me doy cuenta de que no hay ningún detonante destacable, y sin embargo, esta semana me ha atropellado por completo.

Después del fin de semana, algún ente decidió lanzarse a adivinar el tiempo, y dijo por la tele que empezaba el otoño. Al fin, y con al menos un mes de retraso, salí de casa por la mañana teniendo frío, pero frío de verdad, del de cojones. El frío paseaba el lunes por unas calles demasiado acostumbrados al solano sureño ,pero tan pronto como llegó, se fue. Igual que mi alma, mi espíritu, mi esencia, quien sabe.
Al frío le ganó el calor, y a mí me perdió la ambigüedad, la falta de ganas.
Aunque el frío se fue solo, a mí me robaron el alma y todavía no sé cómo. Quizá todo ha girado demasiado en torno a Tom, como casi todo casi siempre. Quizá es que esta semana me di cuenta de que no tengo ni idea de cómo vivir en pareja. Sí, eso ha tenido algo de culpa. He descubierto que yo no vivo, sobre vivo. Y me niego en rotundo. De entre dos, hay uno fuerte y uno débil, y yo siempre soy lo mismo. Adivina cuál de los dos. Y cuando hablo de en pareja, quiero decir también en grupos, e incluso individualmente, siempre pierdo yo. No es que diga perder, en sentido literal, si no perder en que yo soy la tonta que siempre acepta, que hace cosas por aquello de, y que nunca, nunca se enfada.
Porque esa es otra, y ya no hablo de en pareja, hablo de en la vida, hay personas, bueno y digo hay, cuando quiero decir, casi todas las personas, resulta que se enfadan por cualquier chorrada estúpida, y te hacen sentir el único responsable moral de todo. TODO. Y aunque pienso, "What the fuck?", acabo pidiendo perdón por cosas que ni si quiera valoro como negativas. Acabo arrepintiéndome de lo que ni si quiera creo que está mal, todo, por no hacer sentir mal a nadie, y sin pensar, en que la única que se siente mal aquí, soy yo. Para el mundo, funciona así: alguien comete un error, y otro se enfada por ello. Al día siguiente, el primer alguien tendrá cuidado de no repetir sólo por una razón, que el otro no se enfade. Y aquí es dónde entro yo y digo ¿Y de que mierda sirve? En realidad nadie hace nada por ti, lo hacen porque no te enfades.
Pues que te aproveche. A mí, desde luego, no me sirve. Y si la gente hace cosas por mí, quiero que sean por mí, de verdad.
Por eso no me enfado.

Y si quisiera que me votaras , me habría quedado cojonudo, pero en la vida real, esta manera de pensar no ayuda a sobrevivir en la selva salvaje. Aquí o comes o te comen, y yo esta semana he sido absorbida totalmente, y lo mejor, es que ha sido una buena semana al fin y al cabo, pero en esta casa tan grande hay cosas fáciles que se vuelven difíciles. Es cuestión de tomárselo con humor y tener paciencia, que espero, vuelva esta semana próxima, ya sea con frío o sin él...

P.D. Después de todo, ha servido para que quiera todavía más a Tom, y para que valore mucho los fines de semana...

6 comentarios:

  1. Dios tío ME ENCANTA COMO ESRIBES, y para que diga eso... hay pocas personas que leo sus textos y digo me siento como si los hubiera escrito yo porque me recuerdan a mi o la forma en la que escribo... sin palabras, sencillamente me encanta. Y el final es cojonudo. Y admiro a esa chica.

    ResponderEliminar
  2. Acabo de flipar. Porque si te cuento mi semana coincidiría el 70% con la tuya.
    Asique desde mi punto de vista todavía molesto, te diré que la gente es muy egoísta, y que nosotras tendremos que ir aprendiendo poco a poco a vivir en la selva.
    Te quiero :)

    ResponderEliminar
  3. jajajajaja no no, no hace falta que me des las gracias a mi, gracias a ti por escribir así.
    Cuando uno lee un texto así los comentarios así salen solos!! :)

    ResponderEliminar
  4. ya me puedes seguri si quieres precious :)

    ResponderEliminar
  5. Escribes inquietante amigo.
    si te gusta la poesía te invito a mi blog Brisa poética.
    que tengas un feliz fin de semana.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Aunque pueda parecer una tontería, aprender a decir que no, para las personas que no son capaces de por sí, es una tarea complicada. Yo tuve que hacer bastante terapia para conseguirlo y es en serio. Así que comprendo muy bien lo que narrras en este texto.

    Pero es importante decir que no cuando uno quiere decir NO, en cualquier ámbito.

    biquiños,.
    Aldabra

    ResponderEliminar