6 de noviembre de 2011

19.

Es tan tarde, que no me llegarán los dedos de una mano para decir la hora. Tanto, que ya a casi nadie le importa si las farolas están encendidas. Tan tarde, que ha pasado un año más de repente.
Hace un par de días, celebramos que me hacía un año más madura, más mayor, más vieja si cabe. O eso dicen mis padres, que son los que llevan mejor la cuenta.
Por segundo año consecutivo, no estaba en casa. Bueno, sí lo estaba, pero estaba en esta casa tan grande que está tan al sur.
Podría narrar cómo fue, lo intenso y emocionante que se tornó todo por un momento, y lo feliz que fui esa noche, pero quiero quedármelo todo. Para mí, y para todos los que aquí me hicieron llorar de felicidad, de cariño y de muchos momentos. Y para los de allá, que se acordaron a través de diferentes vías para hacerse igualmente presentes.
Lo cierto, es que aún hoy sigo emocionada. Especialmente sensible.
Será que me he dado cuenta, mucho más de repente de lo que pasan los años, que esta es mi nueva vida, y que me encanta seguir acostumbrándome a ella. Será, que el número diecinueve, a pesar de no tener nada de especial, suena jodidamente sexy. Será que tengo demasiadas cosas que contarte, pero que me queda muy poco tiempo para dormir, y necesito hacerlo...
Nos vemos pronto, lo prometo.
Paz y amor.


2 comentarios:

  1. qué suerte tia.. yo siempre me pongo triste el día de mi cumpleaños

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  2. happy birthday to you!

    diecinueve biquiños,
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