8 de diciembre de 2011

Adoraría recordar eternamente este momento. Este momento en que estoy, pues, solamente conmigo. Lo cierto es que podría pasarme la noche escuchando esta canción, pero se me acaban las lágrimas aunque no lo parezca. Nadie me ha visto llorar como me he visto yo.
Malditas melodías que nos llevan a mil pensamientos. Buenos y malos. A recuerdos felices y otros, la mar de tristes. No sabría como empezar a hablar.
De repente, en un segundo, se te borra el alma, te crece la agonía y brota una preocupación allí donde ni si quiera sabías que había vida. Te mueres un segundo, y vuelves para contármelo. Porque no soy nadie sin mí.
Estás aquí. Con la misma melodía de fondo que tanto hace pensar. Pero estás feliz, pletórico si cupiese. Y ahora. Ahora ya no. La estabilidad es egoísta, tanto subir y bajar acabará con la cordura del mundo. Y probablemente, las fuerzas que chocan dentro de mí sean tan contrarias, que acabarán atrayéndose,
y aquí me quedaré yo. Terminando sola lo que empecé sin tí. La soledad es triste. Hoy está preciosa.

4 comentarios:

  1. la soledad es triste, pero a veces viene bien

    xx

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  2. hoy me apetece sólo hablar del texto, sentimientos aparte.

    tiene mucho lirismo, es limpio, seduce, me entran ganas de abrazarte.

    biquiños,
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  4. me gusto tu blog y tus entradas, te sigo:)

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