30 de diciembre de 2011

A estas alturas, supongo que debe llegar el momento de hacer balance del año que se va, más que nada, porque viene otro nuevo, y nadie puede cambiarlo. Estoy triste. Como algunas noches a estas horas tan poco activas para el mundo, aquí en el norte, en el norte de esta cama que es mía. No quiero que acabe la música, ninguna de todas estas canciones preciosas que suenan detrás de los cascos y que probablemente, las he descubierto en algún momento de este año.

Hoy ha sido veintinueve de diciembre, como aquel otro hace ya bastante tiempo que se llevó a mi abuela y nos robó la navidad en casa. Porque, por supuesto, esas cosas no solo pasan a los demás. Por suerte, ya el tiempo nos deja asumir las cosas, y que todo vuelva a ser fiesta, pero ir olvidando es terriblemente triste, sobre todo cuando querrías tener más y más recuerdos, pero la mente de niña se olvidó de traerlos todos hasta aquí.

También recuerdo aquella otra navidad, aquella que parece tan reciente pero que se va quedando atrás, cuando estaba con esa parte de la familia que por razones de la vida, está en un país diferente en este momento. Tantos estados, todos tan unidos, y yo solo pude ver un par. Me habría gustado que fuera hoy, estar allí, no solo allí sino con ellos, pero de verdad, y no detrás de dos cámaras web, que en estas fechas se encienden prácticamente cada noche. Supongo que esas son las mejores navidades que he vivido, tan típicas, americanas, sueño de película. También recuerdo cuando estábamos todos aquí. Compartiendo mesa…

Pero las navidades pasan, como la vida, como el dolor de cabeza y como las ganas de llorar. Aunque hoy se estén poniendo rebeldes. No sé qué decir, solo sé que llorar, aunque tampoco hay muchas opciones.

Este ha sido un gran año, de verdad lo digo. Supongo, que de esos que se anotan para hablar de él a tus hijos, a tus nietos, si tuvieras la suerte de tenerlos. No sé si ha servido para madurar, si me he vuelto mejor o peor persona, o si he aprendido algo realmente en este tiempo. Prometo que no lo sé. Hay cosas que si sé. Sé que he intentado hacerlo, que he sido consciente de muchas cosas que hasta ahora no me planteaba. He pensado mucho, mucho, mucho. Más que nunca. He sido franca, y sobre todo he echado un montón de menos. Y lo sigo haciendo. Todo el rato. Supongo que por primera vez, he querido a alguien, pero querer de amor. De sentir cosas por las noches y abrazarse a alguien sin querer soltarle. De llorar de ganas de verle, o llorar por no poder hacerlo. Mi corazón también guarda. Palabras y sobre todo, personas. Ojalá pudiera guardar para siempre a todas las que quiero. Este año he descubierto, que son probablemente lo que más me importa en el mundo. Aquí, allá, norte, sur y lo que tú quieras. Yo quiero acabar bien, empezar bien…

Felices fiestas.

2 comentarios:

  1. Me has dejado sin palabras. Es extraño porque ni siquiera es una historia inventada por ti con personajes imaginarios. Supongo que será porque a veces la vida real supera con creces la ficción. Sé como te sientes, y lo único que se me ocurre decirte es que si tienes ganas de llorar que lo hagas, que no pospongas ningún sentimiento porque será peor. Con el paso del tiempo te irás dando cuenta de que cada vez lo haces menos hasta dejar de llorar por completo :) Pero me alegra mucho saber que te has dado cuenta de algo tan importante: saber a quien queremos y quien nos importa. Creo que a mucha gente le gustaría saberlo porque creen que lo saben pero en realidad no es así. Hasta creo que yo misma me incluyo dentro de ese grupo...
    En cualquier caso, espero que las Navidades del año que viene sean mejor. Un beso.

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  2. Cualquier día es bueno para hacer balance, aunque ese día sea el día de fin de año porque hacer balance significa: pensar, analizar, planear, investigar... Y todo eso hace crecer a las personas, crecer y madurar.

    Para mí el día de fin de año es un día muy sifnificativo pues cumplo años, fíjate tú que ¡parida!...

    Yo creo que has madurado (aunque ya me parecías muy madura) y sigo creyendo que eres una gran mujer (ya lo creía antes) y que serás una mujer todavía mejor, con corazón, y con mucha cabeza (aunque a ti no te lo parezca.

    Felicidades y a seguir así, pasito a pasito, con tu maleta llena de personas que ya no están y otras que irán apareciendo (yo espero continuar, me he acostumbrado a ti, a tus pensamientos)

    Biquiños y gracias por dejar que te conozca.
    E.

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