11 de agosto de 2012

Irremediable, afortunada o desafortunadamente, llegó el momento de perder la cuenta, o simplemente dejar de contar. No ha sido un pacto cristalino, si no de esos que se asumen porque los manda el destino, y simplemente nos dejamos llevar un poquito más que antes.
Hace tiempo que ya no me entiendo ni un poco, que ya no me conozco, aunque sé mejor que nadie que sigo siendo yo. De eso que te preguntas si realmente todo esto es una medida de fuerza, o si sabías que tenía que pasar.
De todos los riesgos asumidos, este es el mayor de todos. Como un reto imposible, un contrato que incluso mientras lo firmas sabes que lo más probable es que no vaya a funcionar. Y sorprendentemente, y aún sin saber como, todavía no me he arrepentido, y a partir de ahí, todo deja de ser normal e incluso comprensible para una mente humana coma la mía.
Me perdí en mí, y ni si quiera sé por donde,

1 comentario:

  1. Va a funcionar, lo sé.

    Me contó un pajarito lo que pasó y ¿sabes lo que te digo?, que una persona que está a tu lado y dice que te quiere, si pretende cortarte las alas es que no te quiere lo suficiente. Una persona así a tu lado sólo podría traerte más y más problemas. Jamás volarías. Y tú debes volar... lo más alto que puedas.

    biquiños,

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