1 de junio de 2010

Me duelen las piernas.


Y no es culpa de nadie, más que mía. Ya que insistís tanto, os contaré la causa de mi problema. Resulta que ayer, me convencí para ir al gimnasio a clase de Batuka que se imparte a eso de las 8 menos cuarto, hacía tiempo que no iba por eso de los exámenes, pero lo cierto es que me gusta ir. Así que nada, allí fuí. Cuando estaba esperando, ví a la monitora, que o bien había cambiado mucho mucho, o no era la de siempre. Rápidamente me dí cuenta de que no era ella, lo cual me resultó extraño, pero dejé de fruncir el ceño y entré en clase. Se fue llenando y todo parecía normal, hasta que la nueva monitora dice algo así como que no tiene ni puta idea de batuka y que si no nos importa que hagamos otra cosa, y no se refería precisamente la tía a jugar a las cartas, no, nos puso a hacer algo que llamó dulcemente "Quemacalorías". Que por el nombre yaa, ya uno se da cuenta de por dónde van los tiros, así que viendo mi cuerpo huesudo creí que era mejor irme, pero básicamente no me dejaron salir. Genial. Va la tía maja y nos dice que cojamos un step, unas mancuernas, una cinta de no se qué y una colchoneta no se cómo. Después de analizar lo que había dicho y al ver que no tenía ni idea de que hacer, copié al resto de señoras. Todo listo, así que pone una música de estas del Bershka, de las de "chunda-chunda" y nada, con el step, para arriba para abajo, que si saltito, que si tal...Sudaba sí, pero se llevaba bien. Luego mandó coger las mancuernas, y nos tuvo como quince minutos subiéndolas y bajándolas sin sentido alguno, ahí creo que fue justo cuando dejé de sentir los brazos. Luego colchoneta, abdominales, "piernas arriba, estiradaas, y arriiibaaa", gritando con esa voz de pito tan chillona que terminó por sacarme de quicio. Cuando ya me quedé sin sangre en la cabeza, nos manda de nuevo al step, y venga para arriba, y venga para abajo...Y ahí fue mi perdición, porque le estaba cogiendo un asco a la tipa, que pfff, y entonces ¿que hago? Me pico, me pico, y me pongo chula, y mientras las señoras todavía intentan levantarse de la colchoneta, ahí estoy yo dándolo todo para hacer competencia a mi amiga la monitora, creo que ni si quiera veía, pero yo seguía, y ella también, y nos sonreíamos falsamente, hasta que por fin había pasado la peor hora de mi vida, y salí de allí, me sequé con la toalla y dije :"¿Pues que suave no?", mientras me moría.
Y por eso ahora me duele básicamente todo, y me tengo que arrastrar por las escaleras de mi casa. Si es que con lo bonito que es hacer batuka...

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Vale... Fail...

    Que iba decir yo: "Señoras que se destrozan las piernas haciendo batuka"

    Grupo de Facebook ya!

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  3. mi madre, yo no veo el dia de volver al gimnasio jaja me voy a morir!

    Y tu hija mia, agua con limon, o con azucar, ya no me acuerdo que era jaja :) soy asi de inutil.

    pd: no seria la profesora una rubia, de mediana altura? porque esa es la misma que la de spinning y si que le da caña si.. -.-

    tequiero!

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  4. Noo! esa es mi amigaa la guay! Estaba otra! jaja

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  5. ¿puedes decir el nombre del gimnasio para no ir?, aunque me recuerda a la monitora del gimnasio al que iba antes... igual es un gen que tienen muchas de las monitoras de gimnasio.

    me encantó el broche final del relato:

    ¿Pues qué suave, no?

    biquiños y ánimo que tu cuerpo lo agradecerá.

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  6. me meo!
    pero si tu estas en forma cariiii
    vamovamovamo!! jaja

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