18 de junio de 2011

La madrugada es muy larga para todos aquellos cobardes que nos quedamos a mirarla desde dentro. La noche está abierta, y sin embargo, aquí estoy yo. En este sofá blanco que todavía huele a nuevo. No es triste, lo juro. No hay que comerse el mundo todos los días para vivir a tope. Ha sido un bonito día, tranquilo pero intenso. Que si una práctica de conducir, que si una Coca-cola y paninis de chorizo y queso con ellas...Nada mal , lo confieso.
Pero no se cómo ni en que momento me han dado ya casi las tres de la mañana, y aquí sigo. Con poco más que un ordenador sobre las piernas y una lámpara que ilumina el teclado, para que no me pierda en palabras tecleadas. Un libro que quedará para mañana y ahí, está mi móvil.
Hace ya rato que ha sonado por esta noche, ahora descansa tranquilo. Unas horas atrás, en el centro comercial, me acordé fuertemente de Tom. Fue justo en ese momento en el que de todas las esquinas empezaron a salir parejas. Una tras otra. Un fenómeno paranormal dónde los haya. Y yo, allí, terminando mi bocata de tortilla frío, me acordé de él. Sí, es cierto que me puse algo triste, pero sólo porque me apetece un mundo pasear con Tom. Pero cuando me pasa eso, le hago ver que me siento así a través de mi teléfono. En realidad le debo tanto a ese pequeño trasto...

Pero dejando al margen mi melancolía diaria, siguen siendo casi las tres. Y me preguntas ¿Pero, cómo? Ni pajolera idea. Aunque recordando tiempos lejanos, o sea, hace unos diez minutos, he estado hablando con Llul, aunque ahora tenga que ser a través del ordenador, y los vaciles no sean lo mismo. De él aprendo tanto en noches como esta que a veces me gustaría poder escribir todo en una libreta de unos trece millones de páginas para que no se me olvide nunca nada. De hecho, desnudándome emocionalmente hace ya unas horas con Kiuk, intenté con mis palabras transmitirle una mínima parte de todo eso de lo que Llul me habla, ya que ella no ha tenido la suerte de conocerle. Y no se si lo he hecho bien, pero sin duda, lo he hecho. Y me sentí, como decirte, de puta madre, vaya.
Pero ahora sí que son practicamente en punto, y no puedo retrasar más mi pobre sueño indefenso.
Paz y amor!

1 comentario:

  1. El texto es precioso, y sí, lo de las parejas saliendo de las esquinas es un fenómeno muy paranormal ajajajajja
    Un besazo :3

    ResponderEliminar