23 de junio de 2011

Y así, se van sucediendo las pequeñas líneas que de forma discontínua van marcando el camino. El autobús con su suave run-run, el conductor con sus movimentos mecánicos cual autómata, la radio encendida, olor a por la mañana temprano y yo camino a una ciudad cercana. Una nueva rutina, aunque sea un par de veces por semana. Quizá sea una manera de seguir aprendiendo a moverme por el mundo, o quizá solo intente llenar un tiempo de verano vacío por las mañanas, quien sabe.
Mierda. Los cascos no están en el bolso. Está bien, pasamos al plan B, cabeza-apoyada-sobre-la-ventana. Oigo al locutor de la radio, con ese tono de voz con el que cree alegrar la mañana a la gente: "Se espera un día soleado en prácticamente toda la península", que traducido al idioma no radiofónico suele significar: "Hará Sol en todas partes, menos en Galicia". Pero hoy parece que no, el Sol ha decidido asomarse algo,y tiene que ser justo en ese punto en el que se me clava en toda la retina. Plas.
El mundo se ha puesto de acuerdo para que me pase el trayecto durmiendo. Yo soy sólo una víctima del sistema que se alía en mi contra.
Llegada efectuada. Hay que empezar a andar y,
esta vez no pienso perderme. Y sí, ya es un asunto personal. Lo consigo, me siento increíblemente todopoderosa y satisfecha. Me merezco un donuts de chocolate. 1,10, gracias. Comienza el curso, me esperan 3 horas y media de sufragio en el mundo del lenguaje de signos, es mi nuevo reto, y créeme, estoy encantada. Estudio esto por interés personal, y es maravilloso. En serio, te lo recomiendo.
Y hora de salir. Póla y yo hemos quedado para comer. Macarrones con carne, llámame típica...Algo más tarde vino su novio. Salen desde hace ya tiempo, y son tremendamente parecidos. Creo que pegan bastante, y él me gusta para ella. Pero al mínimo cariño que se hacen. Pum. Automático. Me acuerdo de Tom. Y es algo bueno, me gusta pensar en él.
Y vuelta al mundo real. Camino a la estación, ellos esperan conmigo, como buenas personas humanas. Pero en a penas nada, ya estoy en el bus y llegando a tierras natales.
Y ahora al coche. Práctica número 7. Ready, steady, go. Supongo que no fue mal.
Un par de llamadas, minutos más tarde, un par de grandes amigas. Pipas, patatas, hoy sin Coca-Cola. Soy una rebelde. Y se acaba el tiempo, se va yendo el día. Vuelta a casa, ducha fría, cena, y mi nuevo vicio, Misfits. Pero esto no acaba, y si no mírame, otra madrugada más, aquí pegada, razonando con Llul sobre la vida e intentando ayudar a Lechu en todo lo que pueda, ojalá fuera más.
Y cuando pareces muerta, el móvil se ilumina. Un mensaje.
No. No es sólo un mensaje. Es él.

3 comentarios:

  1. increible esta entrada,por cierto, he desecho mi blog y he creado uno nuevo más adaptado a los nuevos tiempos jajaj

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  2. Estás viviendo una etapa maravillosa de tu vida, saboréala a cada momento.

    Cuando te leía, las primeras líneas, pensé que ibas a ver a Tom... y ¿lenguaje de signos? Senia quería hacer también un curso pero sigue liada con su carné [se le resiste] y todavía no puede organizar nada...

    En fin.

    biquiños,
    Aldabra

    P.d.: a mí me encanta ser rebelde pero con Cocacola... tengo vicio, lo admito.

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  3. NI TE IMAGINAS LO QUE ME HA ALEGRADO HABER ENCONTRADO TU BLOG, no me puede gustar más el texto, es tan perfecto... alucinante. Sigue asi desde luego, un beso :)

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