10 de julio de 2011

Un domingo de resaca es un buen día para descubrir que tu vida puede ser extraordinariamente parecida a la de otra persona que se encuentra en cualquier otra parte. Y quizá eso te haga pensar en que habrá muchas más. Darse cuenta de que por supuesto,
eres único, pero
al igual que todos los demás.
Siempre me ha gustado esa frase. Probablemente porque te recuerda que tu vida es solamente una más de entre un gran montón de ellas, y que ni todo lo bueno ni todo lo malo te ocurre sólo a ti. Por si algún día tienes dudas, aunque en mi caso, es una lección que vengo aprendiendo desde hace un tiempo.
Acabé diciendo hace un par de días que hay algunas de esas noches pensativas y largas que son inevitables, pero igual de inevitable es que terminen. Y después de viernes, sábado, y después de noche, el día. Terminé llamando, y Tom también. Nada había pasado, nada en absoluto por lo que preocuparse, y sin embargo, fíjate que tonta. Pero nadie puede borrar esa sonrisa imbécil símbolo de tranquilidad, aún después de la larga angustia del no saber. Que bonito suena saber que todo va bien, sobre todo después de temer el mal.
Lo cierto es que brindo por este sábado redondo. Digo brindar, pero no es una expresión literal, es como la de patada en el culo, que no tiene porque ser precisamente en el culo. Sé que los domingos no te gusta hablar de alcohol.

Sábado de esos que te levantas en el último segundo de lo que todavía puede considerarse por la mañana, apurando un lavado de cara y convirtiendo el desayuno en comida. Como Jesucristo con el vino. Y MT llegó a casa, para ensayar una nueva rutina agradable de fin de semana. Sofá, películas e ingentes cantidades de comida entre risas. Y después de oír la voz de Tom, al fin, y quedarme mucho más que tranquila, había que hacer otra obra divina, y convertir las noches pensativas en noches eternas. Bajo la luna y con mucha música sonando. Probando gente nueva, sabor a verano, al fin. Muchas gracias por la compañía a Senia, Pato, y el resto...
Y hoy celebrando con calma que aquella noche de Febrero se va quedando lejos pero sigue estando presente, me despido. Porque mañana hay que empezar la otra nueva rutina. La de lunes a viernes, aunque sea flexible como el verano.
Paz y amor.



3 comentarios:

  1. Voy a emitir un solo comentario: Odio los domingos.

    Jajajajajajajajjajajaja

    Eii! Gracias por pasar por el blog y escribir un comentario acerca de "el nuevo diseño". Lo aprecio y mucho (:

    Que termines bien tu domingo!

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  2. gracias linda, muchas gracias por cada comentario de ánimo, para mí es un detalle precioso :)

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